Trump pasará, pero nuestra frontera con el país más poderoso seguirá ahí…
Álvaro González
En la opinión de varios analistas norteamericanos, Trump espera que en el transcurso de los próximos meses la llegada del éxodo centroamericano, al que se han ido sumando inclusive haitianos y africanos, va a generar una situación potencialmente explosiva en la frontera, lo que le daría argumentos en su lucha política contra los demócratas, quienes se han negado rotundamente a proporcionarle recursos financieros para construir un muro en la enorme frontera con México.
LOS INTERESES DE MÉXICO: Observadores y expertos en materia de migración y derechos humanos de la ONU, tienen una visión bastante más clara de la que presentan la mayoría de los medios de comunicación en México, con excepción de los medios de los estados norteños, quienes están pagando las consecuencias de las políticas migratorias de su propio gobierno federal.
La idea central es que México se está disparando un tiro no en el pie sino en una pierna.
Desde mediados del siglo pasado, la migración ha sido una válvula para reducir la presión social en México. Las remesas que envían los migrantes a sus familias radicadas en México rompieron su récord histórico el año pasado de 2018 y alcanzaron el equivalente a 660 mil millones de pesos, cerca del 15% de la economía mexicana.
Para México, tener una frontera estable con Estados Unidos y mantener las condiciones para que se pueda seguir dando ese flujo migratorio es un asunto estratégico de primerísima importancia. En términos propagandísticos es el tema principal de la agenda diplomática con Estados Unidos, seguido por los acuerdos comerciales.
Por más esquizoide y antimexicano que sea, Trump deberá estar terminando su período gubernamental en dos años, que es un tiempo cortísimo en términos de la historia migratoria de la frontera México-Estados Unidos.
Ante el masivo problema migratorio centroamericano, ¿está el gobierno de México actuando de manera inteligente? ¿Quién va a pagar las consecuencias que está teniendo la internación, organizada y sistemática de caravanas de miles de migrantes que se están acumulando en nuestras ciudades fronterizas?
México puede ayudar en algo a la solución de la problemática de los países centroamericanos, pero no va a resolver su problemática de fondo, sí en cambio su gobierno tiene la obligación de ver primeramente por los intereses de los mexicanos y lo que está haciendo y dejando de hacer no ayuda en nada, por el contrario, está contribuyendo a potenciar una situación explosiva.
A partir de su experiencia como diplomático, Octavio Paz dejó escrito algo que muy pocos se han atrevido a expresar: el problema de los países centroamericanos es que son inviables. Geopolíticamente, toda Centroamérica debería ser un solo país.
El otro gran problema de Centroamérica han sido el populismo y los movimientos de izquierda y de extrema derecha, que se han convertido en gobiernos fallidos y han generado guerras absurdas, en las cuales Cuba y Estados Unidos tienen una gran responsabilidad histórica.
Lo que se está haciendo ahora con la migración centroamericana lejos de ayudarles, inclusive a ellos mismos, les perjudica tanto o más a los mexicanos, especialmente a las ciudades fronterizas en el corto y mediano plazo.
Gobiernos como el de Guatemala ya han denunciado que todas estas caravanas migratorias están siendo manipuladas políticamente: comenzaron justo cuando Trump las necesitaba y han continuado mientras éste no logra sus propósitos (de construir un muro con México).
Lo sensato para los propios centroamericanos sería dejar que pase el gobierno de Trump y continuar con una migración espontánea, no invasiva, no en grandes masas, orquestada por líderes que finalmente les están utilizando.
Si hay una explosión migratoria en la frontera con México, ésta se cerrará cada vez más. En su buena voluntad e ignorancia, los propios centroamericanos también se están pegando un tiro en el pie, o en la pierna.
FUENTE: Revista de Coahuila / EFE / Política Ya.