MORENA acosando periodistas

Álvaro González

REFORMA SE PRESTÓ AL JUEGO DE AMLO: Este año, paralelo al día de la libertad de expresión (7 de junio) y a diversas entregas nacionales de periodismo, irritado por las críticas a su gobierno y confirmando tendencias de autoritarismo e intolerancia como un gobernante electo en un sistema democrático, AMLO filtró una lista de 36 comunicadores, todos ellos radicados en la Ciudad de México, que recibían dinero del gobierno federal a través de contratos.

El encargado de hacer la publicación fue el diario Reforma, propiedad de una empresa regiomontana que, hasta ese día, había mostrado una posición crítica hacia el gobierno de AMLO, pero que siempre ha estado inconforme con los convenios publicitarios que recibe del gobierno federal, donde tradicionalmente se ha dado preferencia a otros medios, entre los que destacan Televisa y TV Azteca.

Se puso así sobre la mesa un tema tabú: la corrupción dentro de los medios periodísticos, tanto a nivel individual por parte de los comunicadores, como al nivel de las empresas de comunicación.

El tema es complejo y requiere ser visto desde una perspectiva nacional y de cada uno de los estados del país, además es indispensable hacer una separación entre los comunicadores o periodistas en lo individual y las empresas para los cuales éstos trabajan.

Si una empresa periodística no antepone su función social y establece un código de ética, sino un criterio de máxima utilidad, cae invariablemente en la negación con los gobiernos para la obtención de mayores contratos posibles, lo que repercute en la calidad del periodismo que ofrece a la sociedad.

Cuando el medio de comunicación tiene una determinada línea editorial y políticas concretas de censura, el periodista que trabaja para ellas se adapta o se va, así de simple. Lo mismo aplica para columnistas o especialistas que colaboran en esos medios.

Alberto Triana: AMLO también sabe aplicar sus distractores, sus “cortinas de humo”, como la reciente filtración de los periodistas en la nómina del gobierno mexicano. Es, en definitiva un manotazo, un golpe en la mesa, con el puño cerrado, para dejar en claro que el nuevo gobierno está poniendo nuevas reglas de juego. Claro, este golpe mediático también puede devenir en toda una tentación autoritaria: la del acoso contra periodistas y opositores, con la maquinita del espionaje del gobierno mexicano. 

Pero, ¿cuáles son los gobiernos más intolerantes?

Álvaro González: Los panistas habían sido los más intolerantes a la crítica y al ejercicio de la libertad de expresión, pero hay indicios de que con la llegada de AMLO la intolerancia puede tener un tono más alto.

MORENA DISPUESTA A “SACRIFICAR” PIEZAS PERIODÍSTICAS: Cuando AMLO filtra la lista de los 36 periodistas de la Ciudad de México, en automático se les señala como corruptos, porque el propósito principal es tratar de descalificarlos y quitarles un ingreso económico como “castigo”.

Si un medio paga bien a su cuerpo de reporteros y prohíbe, de manera explícita y terminante, el recibir dádivas, éstas se terminan. Un buen editor y un buen jefe de mesa de redacción saben perfectamente cuando un reportero está manipulando u ocultando información, además, un reportero tiene que cumplir una orden de información de forma obligatoria.

Recordemos que los empleos bien remunerados son para conductores llamados “estelares” y algunos cargos directivos, todo lo demás se puede considerar como tropa o reporteros que cubren las diversas fuentes o realizan tareas editoriales o de diseño.

En el caso de los conductores de noticieros y directivos que son empleados en los medios y ganan un salario alto o al menos digno, se puede dar el caso común de sentirse “más cotizados” y recibir dádivas gubernamentales que son simplemente un “chayote” (soborno a la mexicana) que completa un sueldo bajo, sino una cantidad considerable de dinero. Esto por supuesto es corrupción, pero sucede porque la empresa lo permite.

Alberto Triana: Y cuidado con los periodistas que más critican, suelen ser quienes más cobran del gobierno.

FANTISMO Y DEMOCRACIA: Para decidir en política se requiere cierto nivel de educación y por otro tanto de información (mentira la idea impuesta de que la masa informal de AMLO tenga el mismo peso que la clase media ilustrada, las profesiones llamadas liberales); pero en su lugar se desarrolla con frecuencia un comportamiento moldeado por el espectáculo televisivo y una red de medios de comunicación que distan mucho de apegarse a un ejercicio periodístico imparcial y crítico, que ayuda a que el ciudadano no sea presa de la demagogia y la publicidad que le convierten en un fanático irreflexivo, manipulado por algún líder con encantos de comunicador y en su sujeto agresivo (como muchos de los achichincles de AMLO) que no sabe escuchar más, menos dialogar y convivir de manera tolerante con quienes no piensan como él.

Y todo mundo espera que un periodista sea una especie de héroe que trabaja por la verdad, sin importar los riesgos que corra o las condiciones económicas en las que practica su profesión. Hasta ahora todos los asesinatos, atentados y represión sobre el medio periodístico provienen de dos fuentes: las organizaciones del crimen y las instancias gubernamentales.

La censura proviene de tres fuentes: el crimen organizado, los gobiernos y las grandes empresas privadas, que no matan, pero sí cancelan contratos publicitarios, al igual que los gobiernos.

Alberto Triana: En fin, ha pasado un primer semestre con AMLO y las polémicas están medio raras, incluyendo la caída (¿o sacrificio?) de Ana Guevara, la cancelación de diversos proyectos, las travesuras de Peña y los Salinas. 

FUENTE: Reforma / Chamuco / Revista de Coahuila.

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