La mujer de la carretera

HISTORIAS DEL UNDERGROUND MEXICANO: Cuando se habla de narraciones extraordinarias, normalmente imaginamos a viejos caseríos derruidos, callejones en penumbras, salones con lápidas rotas y nieblas perpetuas. Pero en Saltillo, Coahuila, la imaginación es capaz de desafiar cualquier avance científico y tecnológico para seguir construyendo relatos fabulosos a partir incluso de materiales tan poco enigmáticos como una transitada carretera.

El relato de la mujer de la carretera se cuenta todavía hoy en Castaños, Coahuila. Pero a pesar de la cotidianidad que rodea al relato, la misteriosa protagonista no abdica del todo de los ingredientes clásicos de la leyenda, pues se dice que solo aparece en tiempo nublado, frío y de lluvia.

Se dice que todo empezó hace más de 30 años, cuando en el poblado vivía una señora que tenía varios hijos y a la que le gustaban mucho los bailes. Su esposo residía, desde hacía varios años, en el extranjero, por lo que a ella le sobraba suficiente tiempo como para invertirlo “en los taconazos”.

En una ocasión, unas amigas la invitaron a un baile que se celebraría en un rancho algo retirado. Para llegar a la propiedad, debían transitar algunos minutos por carretera, lo que no fue impedimento para que la mujer aceptara con gusto.

Como quiera que sea, la mujer era muy responsable con sus hijos, y antes de acudir a un baile, se encargaba de alimentarlos, bañarlos y hasta acostarlos. Les daba un beso en la frente y luego se retiraba advirtiéndoles que no le abrieran a nadie. A la vecina le solicitaba también ayuda.

Pero ese día, la vecina no pudo del todo cuidarlos, por lo que se llevó al bebé y solo dejó en casa a los más grandes.

Ya en el automóvil de sus amigas, la señora comenzó a beber para darse ánimos y llegar algo desinhibida al baile. No iban solas, de hecho también iban acompañadas por cabaleros, aunque se sabe que todos bebieron. Cuentan que cuando el auto en el que iban daba la vuelta por la carretera 57, se descarriló rumbo a La Muralla y chocaron.

El impacto produjo la muerte de la señora y su bebé y el consecuente desamparo de los otros cuatro niños.

Se dice que cuando la sepultaron, mandaron hacer una caja especial, porque los enterraron juntos, a su bebé y a ella.

Los camioneros y choferes de diferentes vehículos platican que de vez en cuando una mujer con bebé en brazos les pide llevarla, pero que esto ocurre cuando hay clima nublado, frío y de lluvia, y lo que no se explican es cómo se baja del vehículo y se sube, porque algunas veces se sube sin que la vean, y a veces se baja en ejidos cercanos.

FUENTE: Miriam Alatriste, Sonia Chávez.

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