Star Wars: nada qué festejar…

Una mirada MUY crítica a la nueva trilogía de secuelas…

Belén Izurieta / Tomatazos

Star Wars cumple 40 años y no podemos más que calificar como decepcionante el hecho de que la última entrega de la saga Skywalker no fuera el éxito que todos esperábamos, pero tal vez en Disney es donde están más decepcionados ya que Star Wars: el ascenso de Skywalker – 61% fue la segunda cinta menos rentable de la franquicia de las que ha producido la compañía hasta la fecha, solo por encima de Han Solo: Una Historia de Star Wars – 56%.

El regreso de Star Wars luego de la compra de Lucasfilm por parte de Disney era la promesa de más aventuras galácticas, pero nadie nos advirtió que el camino estaría lleno de una polémica tras otra y decisiones incorrectas por parte del estudio.

El desastre estaba destinado a ocurrir desde que Disney compró Lucasfilm y se apresuraron a realizar una trilogía que complaciera a los fans pero que no tenía un plan trazado. Las ideas de George Lucas para los episodios VII, VIII y IX fueron rechazadas para tomar un camino complaciente con los fanáticos en El Despertar de la Fuerza, lo cual tuvo buenos resultados, pero la libertad creativa que se dio a Rian Johnson en Los Últimos Jedi costó cara a la compañía, y en El ascenso de Skywalker ni se logró complacer por completo a los fanáticos con un fanservice de calidad ni se logró dar un cierre digno a una de las sagas más populares de todos los tiempos.

La adquisición llegó con el anuncio de una nueva trilogía, y la casa del ratón terminó entregando tres películas diferentes que, hay que admitir que cada una tiene algo que la hace especial a su manera, pero no fueron bien recibidas del todo por la crítica y el público. Star Wars: El Despertar de la Fuerza – 92% fue la promesa inicial de una compañía que deseó continuar la historia de los Skywalker pero también introducir nuevos personajes. Lo logró, aunque seguirá siendo muy cuestionada por repetir patrones conocidos, y fue una auténtica máquina para generar dinero. Dos años después le siguió Star Wars: Los Últimos Jedi – 91%, y dividió a los fans porque nadie pudo llegar a un consenso. Esta hizo todo lo posible por mantenerse en el espacio dejado por El Despertar de la Fuerza pero también quería ser libre para innovar y proponer ideas nuevas a los fans. Nunca sabremos qué es lo que quieren exactamente, ya que el cierre que le da Star Wars: el ascenso de Skywalker – 61% tampoco los convenció y esta vez ni a la crítica.

Por esas y más razones, la nueva trilogía estuvo llena de desaciertos aún cuando tuvo un gran potencial. La saga de Skywalker se tomó la pantalla grande por más de cuarenta años y aún no podemos creer que la que se considera como una de las mejores sagas de ciencia ficción en la historia del cine estuvo (y sigue) llena de controversia entre los fans. Quizás si nunca se hubiese decidido estirar la trilogía original no hubiésemos llegado a este punto, pero nunca lo sabremos porque las decisiones ya fueron tomadas. Sin embargo, sabemos que las secuelas pudieron ser mucho mejores si el estudio hubiese evitado ciertas decisiones creativas que terminaron afectando al producto final.

No es un secreto que Star Wars: el ascenso de Skywalker – 61% fue lo peor para la saga Skywalker desde su concepción si nos enfocamos en la opinión de la crítica. Su narrativa no coincide como debería con la anterior película, regresa a un villano de forma nada convincente y, entre otras cosas, se convirtió en la película peor calificada de toda la franquicia hasta ahora. Dicho esto, era cuestión de tiempo para que los actores se pongan la mano en el corazón y reconozcan lo difícil que debe haber sido aguantar todas las malas críticas por parte del público que hasta el día de hoy se refiere de forma “agresiva” hacia la película.

Todavía hay mucho futuro para Star Wars, pero tal vez es en la televisión donde logre triunfar, pues con The Mandalorian – 90% quedó demostrado que los fans todavía aman el universo creado por George Lucas y que están dispuestos a consumir lo que nos de Lucasfilm siempre y cuando no vuelvan a alterar de forma importante la historia principal.